No es la «Atlántida egipcia» es Heraclion-Tonis, una ciudad histórica que fue destruida por un maremoto

Los medios de comunicación nos han vuelto a deleitar con algunos titulares sensacionalistas aplicados a la arqueología en busca de visitas desesperadas. En esta ocasión, el foco de las imaginativas mentes de los creadores de contenidos se ha centrado en la misión del IEASM (Institut Européen d’Archéologie Sous-Marine), dirigido por Frank Goddio, en el yacimiento subacuático de Heraclion-Tonis, donde este proyecto trabaja desde hace ya más de una década.

El pasado 25 de julio, ABC titulaba: «Descubren 75 barcos hundidos y un templo griego en la «Atlántida de Egipto»«, mientras que tres días más tarde, El Confidencial, incidía en el extraño concepto de la «Atlántida egipcia» con este otro titular: «Arqueólogos descubren la Atlántida egipcia, una antigua puerta de entrada«. Todo muy evocador si no fuera porque ninguna de estas insinuaciones aparecía en la versión oficial del equipo de investigadores. El origen de este desatino parece estar en la traducción directa de una noticia del Daily Mail, titulada: «Archaeologists studying the ‘Egyptian Atlantis’ of Heracleion have discovered a sunken ancient Greek temple and treasure-laden boats«, en la que, detrás de este sensacionalista título, se ofrecía una amplia información sobre la ciudad, que no fue recogida, sin embargo, por los medios españoles, que se quedaron en la parte más superficial.

 

Desde Mediterráneo Antiguo nos hemos puesto en contacto con el IEASM para conocer de primera mano cuáles han sido los avances de esta nueva campaña tanto en Heraclion-Tonis como en Canopo, yacimiento situado en la bahía de Abukir. Durante los trabajos realizados en 2001 en el primero de estos enclaves se descubrió que una parte importante del templo de Amón-Gereb se había derrumbado sobre un canal que discurría por su flanco sur durante la catástrofe que provocó su destrucción. Los restos colapsados del templo se sedimentaron en el interior del canal junto con el denso barro de los fondos del Nilo, lo que ha permitido que restos arquitectónicos, estatuillas, objetos rituales y monedas se hayan conservado en un excelente estado y sigan saliendo a la luz campaña tras campaña.

Aunque solo se ha excavado una parte del canal, se piensa que los restos del templo se extienden a lo largo de 90 metros, lo que es indicativo tanto de su gran tamaño como de la magnitud del desastre que acabó con él. Al oeste de este enclave, el equipo del IEASM ha descubierto los vestigios de un pequeño templo circular griego, un tholos, destruido al mismo tiempo que el anterior. Los trabajos arqueológicos han permitido sacar a la luz los restos del santuario tal y como se derrumbó sobre el canal. Entre ellos, han aparecido casi intactos objetos rituales de plata y bronce, mezclados con restos de cerámica. Tanto el templo principal como el tholos se han datado en la Dinastía XXX, en la primera parte del siglo IV a.C.

Los científicos del equipo del IEASM han determinado que la causa de la catástrofe fue un terremoto que originó una enorme y destructiva ola, cuyo impacto destruyó esta importante ciudad del Delta del Nilo, aproximadamente a mediados del siglo II a.C. durante el reinado de Ptolomeo VIII. Como consecuencia de la licuefacción del suelo, provocada por el enorme impacto de la ola, se originaron enormes desprendimientos de tierra que causaron hundimientos de hasta seis metros en algunos sectores de la ciudad, que prácticamente fue borrada del mapa por las aguas del Mediterráneo. De aquel desastre solo quedaron unos islotes, que desaparecieron por otra catástrofe natural, ya en el siglo VIII de nuestra era.

Heraclion-Tonis fue un centro de poder religioso en el momento de la catástrofe, pues todos los nuevos faraones tenían que acudir al gran templo para recibir sus títulos como soberano universal bajo la protección de Amón. Además, la ciudad estaba situada en uno de los brazos del Delta del Nilo, el canópico, por lo que era punto obligado de paso de todas las embarcaciones que iban y venían a Grecia.

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Ubicación del yacimiento de Heraclion-Tonis en el área canópica. Foto: IEASM.

La campaña de este año 2019 también ha propiciado importantes descubrimientos en la ciudad de Canopo, localizada por este mismo equipo investigador en el año 1999. Durante las excavaciones de este ejercicio se han localizado una importante área de la ciudad, al sur de los templos y de un monasterio cristiano ya investigado años atrás, donde se han encontrado restos de diferentes monumentos. Todo ello ha sido gracias a la utilización de un nuevo instrumento de sondeo geofísico, aplicado por primera vez en un entorno como este. Entre los hallazgos más importantes está una estructura de época romana con suministro de agua y unas termas, así como otros enclaves que deben ser investigados todavía. Los trabajos preliminares han puesto de manifiesto que el área estuvo ocupada entre los siglos VI a.C. y VIII d.C. De esta última época son las numerosas joyas y monedas bizantinas que han aparecido mezcladas junto otras de época islámica.

Si queréis leer algo más sobre estas campañas, podéis visitar la entrevista que hicimos al director del IEASM, Frank Goddio, en 2012: http://mediterraneoantiguo.blogspot.com/2012/12/entrevista-con-franck-goddio-el-faro-de.html

Autor

Mario Agudo Villanueva