Desentrañar el sentimiento religioso del mundo antiguo es una tarea compleja. A pesar de los hallazgos arqueológicos y, a partir de cierta época, de los documentales, carecemos de una visión de detalle que nos permita interpretar y describir la génesis, desarrollo y transformación del amplio abanico de cultos practicados en el albor de nuestra civilización. «Panteón. Una nueva historia de la religión romana», de Jörg Rüpke, llega al mercado editorial español de la mano de Akal. Su autor pretende, como afirma en las primeras páginas de la obra, conocer cómo vivían la religión los actores individuales. Un enfoque micro a partir del cual reconstruir el edificio de las creencias del Mediterráneo Antiguo.
Como asegura el propio Rüpke: «mirar al pasado desde el punto de vista del presente y detectar las huellas de estos acontecimientos no es una tarea sencilla […] Una historia religiosa del mundo mediterráneo antiguo debe usar enfoques múltiples y consultar un amplio abanico de fuentes» (p. 16). Un enfoque que, además, requiere de una introducción metodológica y conceptual que ocupa las primeras páginas del volumen (pp. 7-31). El autor aclara conceptos clave para la comprensión de su trabajo, tales como agencia religiosa (pp. 18-21), identidad religiosa (pp. 21-22) o comunicación religiosa (pp. 22-29), Su visión le lleva a concebir la religión como la «ampliación de un entorno particular más allá del medio social inmediato y plausible de los seres humanos vivos (p. 29).
El propósito del autor no solo es estudiar la religión romana, aunque sea este tema el que ocupa la mayor parte del libro, sino la religión mediterránea. Rüpke no pretende indagar en los orígenes, sino en la transformación del fenómeno religioso. De ahí que la elección de Roma resulte clave: «Roma estaba emplazada en una parte del mundo con una larga historia de absorción de los impulsos culturales, más que de la creación de estos. Desde finales del primer milenio a.C. , en adelante, la ciudad exportaba múltiples concepciones de la religión por todo el Mediterráneo» (pp. 9-10). Se inicia así un fascinante recorrido que arranca en la transición de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro en el determinante eje formado por Italia, Sicilia, Malta y Túnez, una especie de línea divisoria clave en la distribución de ideas a través del mar (p. 38).
El análisis de Rüpke es extenso y despliega una documentación casi sin precedentes. La bibliografía es abrumadora, abarca de las páginas 453 a la 570. El fenómeno religioso romano se desgrana hasta el más íntimo detalle, desde el estudio material de la infraestructura religiosa, en la que se aborda la progresiva transformación de los lugares de culto desde el siglo VII hasta el V a.C. (pp. 69-100), hasta el análisis del desarrollo y consolidación de los actores religiosos (pp. 131-184). La irrupción del cristianismo y otras religiones orientales en el imperio se aborda en la segunda mitad del libro, a partir del elocuente capítulo «La religión vivida» (pp. 245-302). Este largo recorrido culmina con sendos y postreros capítulos dedicados a la religión en la antigüedad tardía (pp. 377-446).
La obra de Jörg Rüpke podría incluirse entre el ensayo académico y la más alta divulgación. Una obra sin concesiones, bien argumentada y estructurada, con una sólida base documental y un fondo reflexivo que no la hacen de fácil lectura. Por eso es de agradecer que Akal haya apostado por un libro de esta naturaleza, tan alejado del enfoque comercial que caracteriza la mayoría de novedades del mercado editorial actual. Una edición bien cuidada, en tapa dura y numerosas imágenes, que solo queda deslucida, en parte, por el alto número de erratas de la traducción al castellano, que salpican, pero no enturbian, una obra de necesaria referencia en el estudio de la religión romana.
Autor
Mario Agudo Villanueva